La trocanteritis o bursitis de cadera es una patología que afecta a la articulación de la cadera y que se caracteriza por la inflamación de la bursa trocantérea, un saco lleno de líquido que facilita el deslizamiento de los tendones sobre el hueso del fémur. Esta inflamación puede deberse a diversas causas, como el exceso de fricción por movimientos repetitivos, los traumatismos directos, las alteraciones posturales o biomecánicas, la debilidad muscular o las cirugías previas.

Los síntomas más habituales de la trocanteritis o bursitis de cadera son el dolor en la zona lateral de la cadera, que puede irradiarse hacia el muslo o la rodilla, la rigidez articular, el chasquido al mover la pierna y la dificultad para realizar actividades cotidianas como caminar, subir escaleras, sentarse o acostarse sobre el lado afectado. El dolor suele aumentar con la presión directa sobre la cadera o con el estiramiento o contracción de los músculos que se insertan en el trocánter mayor.

El tratamiento de la trocanteritis o bursitis de cadera tiene como objetivo principal reducir el dolor y la inflamación, así como prevenir las posibles complicaciones o recaídas. Para ello, se recomienda seguir las siguientes pautas:

– Reposo relativo: se debe evitar realizar los movimientos o actividades que provoquen o empeoren el dolor, como correr, montar en bicicleta o levantar pesos. Sin embargo, no se debe permanecer inactivo por completo, ya que esto podría provocar rigidez y atrofia muscular. Se aconseja realizar ejercicios suaves y de bajo impacto, como caminar, nadar o hacer bicicleta estática.
– Aplicación de frío: se puede aplicar hielo sobre la zona inflamada durante 15-20 minutos varias veces al día, especialmente después de realizar ejercicio. Esto ayudará a disminuir el dolor, la inflamación y el espasmo muscular. Se debe envolver el hielo en un paño o toalla para evitar quemaduras en la piel.
– Medicación: se puede recurrir al uso de antiinflamatorios no esteroideos (AINE) o analgésicos para aliviar el dolor y la inflamación. Estos medicamentos deben tomarse bajo prescripción médica y siguiendo las indicaciones del prospecto. Se debe tener precaución con los posibles efectos secundarios, como las alteraciones gastrointestinales o renales.
– Fisioterapia: es muy importante acudir a un profesional en fisioterapia para la rehabilitación de la trocanteritis de cadera. El fisioterapeuta puede aplicarte un tratamiento específico para disminuir la inflamación, relajar la musculatura que se inserta en el trocánter para evitar tensión en la zona y permitir que recupere el equilibrio. Entre las técnicas que puede emplear se encuentran el masaje, las movilizaciones articulares, las ondas de choque, el ultrasonido, la electroterapia o la acupuntura.
– Ejercicios: además del tratamiento fisioterapéutico, es fundamental realizar una serie de ejercicios para fortalecer los músculos de la cadera y mejorar su movilidad y estabilidad. Los ejercicios deben ser adaptados a cada caso y supervisados por el fisioterapeuta. Algunos ejemplos son los siguientes:

– Ejercicio 1: tumbado boca arriba con las piernas estiradas, levanta ligeramente la pierna afectada sin doblar la rodilla y mantén la posición durante 10 segundos. Repite 10 veces y cambia de pierna.
– Ejercicio 2: tumbado boca arriba con las rodillas flexionadas y los pies apoyados en el suelo, separa las rodillas hacia los lados sin levantar los pies y vuelve a juntarlas lentamente. Repite 10 veces.
– Ejercicio 3: tumbado boca arriba con las rodillas flexionadas y los pies apoyados en el suelo, eleva la pelvis del suelo contrayendo los glúteos y mantén la posición durante 10 segundos. Repite 10 veces.
– Ejercicio 4: de pie apoyado sobre una pierna, eleva la otra pierna hacia el lado sin doblar la rodilla y mantén la posición durante 10 segundos. Repite 10 veces y cambia de pierna.
– Ejercicio 5: de pie apoyado sobre una pierna, lleva la otra pierna hacia atrás sin doblar la rodilla y mantén la posición durante 10 segundos. Repite 10 veces y cambia de pierna.

La trocanteritis o bursitis de cadera es una patología que puede causar mucho dolor y limitación funcional, pero que tiene un buen pronóstico si se realiza un tratamiento adecuado. Con la ayuda de la fisioterapia y los ejercicios, se puede conseguir una recuperación completa y prevenir las posibles complicaciones o recaídas.

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